Venezuela ha sido siempre un crisol de Paz

Dr. Fernando Buen Abad Domínguez.- No porque esté exenta de contradicciones —ningún pueblo lo está— sino porque en su seno se ha gestado una dialéctica histórica donde la dignidad popular ha sabido sobreponerse a cada agresión imperialista con una obstinación creadora que sólo puede explicarse por la profundidad humanista de su proceso revolucionario. La Paz, entendida no como reposo sino como trabajo emancipador, ha sido allí una fuerza activa que brota de la memoria ancestral, de las luchas por la independencia, de la siembra bolivariana que resuena todavía como mandato ético. Paz de pueblo que no se arrodilla. Paz de pueblo que piensa. Paz de pueblo que resiste sin renunciar jamás a la esperanza transformadora. Y esa Paz, continuamente amenazada por quienes quisieran reducirla a mercancía o a colonia, es precisamente lo que convierte a Venezuela en una luz imprescindible en la geopolítica contemporánea, una Paz indoblegable, creativa, insurgente, que se expresa en los colores vivos del humanismo bolivariano.

Todos los colores de la Paz bolivariana iluminan al humanismo revolucionario porque en ellos se entrelazan los símbolos de una sociedad que aprendió a convertir la diversidad en potencia política. El rojo de su historia insurgente, el amarillo de sus soles comunitarios, el azul profundo de su horizonte marítimo que une pueblos en la misma lucha contra el dominio, y el verde de sus territorios originarios que recuerdan que la Paz es también un pacto con la Tierra, todos ellos conforman una paleta viva que hace visible la densidad moral de una nación que ha decidido no entregar su destino a los dictámenes del capitalismo en su fase imperial y macabra. La semiosis bolivariana no es una estética de museo; es una estética de vida y combate, de organización y ternura, donde cada color es una memoria colectiva y cada símbolo una declaración de autonomía.

En Venezuela, la Paz revolucionaria nunca ha sido sinónimo de quietud. Es una Paz que se construye en la calle, en la escuela, en la comuna; una Paz que se defiende de agresiones económicas, mediáticas y diplomáticas que buscan fracturar la unidad del pueblo para imponer el viejo guion extractivista. Pero allí donde otros quisieran ver caos, hay en realidad un laboratorio ético de enorme vitalidad. Venezuela aprendió a navegar la tormenta sin renunciar a la dignidad y sin traicionar sus conquistas sociales. Esa capacidad de conjugar firmeza humanista, con creatividad cotidiana, constituye uno de los mayores aportes del proceso bolivariano a la historia universal de la Paz.

Quien observa superficialmente podría confundir esta Paz activa con simple resistencia. Pero la resistencia venezolana es mucho más, es una pedagogía política que enseña a los pueblos del mundo que la Paz verdadera no se decreta, sino que se construye desde abajo con conciencia crítica y solidaridad concreta. Allí, donde el imperialismo ha lanzado sanciones criminales, campañas de desestabilización, golpes, barbarie y guerras mediáticas, la revolución venezolana ha respondido con un humanismo que desborda el marco de la defensa nacional y se proyecta como referencia global de dignidad. La semiótica de esta Paz no está hecha sólo de discursos, está hecha de gestos cotidianos de organización comunal, de redistribución solidaria, de militancia cultural, de alfabetización política y simbólica.

Los colores de la Paz bolivariana también alumbran una sensibilidad profundamente latinoamericana. En Venezuela se expresa una síntesis continental donde confluyen los sueños de Bolívar, Martí, Hidalgo, Morelos y Chávez en una misma corriente ética que afirma que la emancipación debe ser integral o no será. Esa sensibilidad está en las músicas populares, en los murales callejeros, en la palabra comunitaria que sabe convertir la adversidad en conciencia. Comuna o nada. Está en la identidad mestiza que no se avergüenza de sus raíces sino que las celebra como fundamento de su proyecto político socialista. Está en los símbolos que la oligarquía quiso destruir y que el pueblo resignificó como armas de fraternidad.

La Paz venezolana es, por eso, una Paz en pie de lucha que se enfrenta a los dispositivos simbólicos del capitalismo global y sus métodos de desfiguración mediática. La guerra contra Venezuela ha sido, en gran parte, una guerra semiótica, se ha querido reducir al pueblo a una caricatura, borrar su complejidad, manipular su imagen hasta convertirla en pretexto para la intervención. Y, sin embargo, allí donde los laboratorios de propaganda imperial intentaron imponer una narrativa de caos, la creatividad bolivariana respondió con la construcción de nuevos códigos comunitarios, nuevas formas de representación de sí misma, nuevas articulaciones de identidad democrática que fortalecen al país precisamente en el campo donde pretendían debilitarlo. La Paz bolivariana se defiende en el terreno simbólico con la misma fuerza que en el terreno material.

Venezuela ha sido siempre un crisol de Paz porque su pueblo ha sabido convertir las tensiones históricas en oportunidades de solidaridad. La virtud de su proceso es que la Paz no es un adorno discursivo sino una práctica que atraviesa la vida cotidiana, desde la democracia participativa hasta la organización comunal; desde la soberanía energética hasta la cultura popular; desde la defensa de la autodeterminación hasta la pedagogía política que abraza a las nuevas generaciones. La revolución bolivariana entiende que la Paz sólo puede sostenerse si existe justicia social, y que sólo hay justicia social cuando el pueblo se reconoce a sí mismo como sujeto creador de su destino.

Por todo ello, los colores de la Paz bolivariana son hoy faro y advertencia, faro para los pueblos que luchan por emanciparse de las cadenas coloniales y advertencia para quienes insisten en someterlos. Ese crisol de Paz que es Venezuela demuestra que la dignidad no es una abstracción sino una fuerza histórica capaz de irradiarse más allá de sus fronteras. Su humanismo revolucionario, nutrido de diversidad, memoria, lucha y ternura, se ha convertido en una de las reservas éticas más importantes de nuestro continente. Y en cada uno de sus colores late la certeza de que la Paz verdadera —la que no se vende, la que no se rinde, la que no se negocia— sigue viva y seguirá creciendo allí donde un pueblo decida defender su historia con la fuerza de su conciencia. Con nosotros, todos y todas, a su lado.

https://lauicom.edu.ve/venezuela-ha-sido-siempre-un-crisol-de-paz/

Trump convierte el Pentágono en un arma sin control

Hacer periodismo en este momento histórico implica mirar de frente a un poder que ya no se molesta en disimular sus impulsos más oscuros. La operación de las narcolanchas en el Caribe, convertida en una campaña militar opaca y letal, es hoy uno de los escenarios más peligrosos para la legalidad internacional. Lo es porque documentos, testimonios y filtraciones coinciden en que la orden central fue simple y brutal: “matar a todo el mundo”, según reveló The Washington Post en un reportaje sobre el “doble tap” ejecutado el 2 de septiembre de 2025, donde un segundo ataque remató a las personas que habían sobrevivido a la primera detonación.

La revelación inicial del Post puede leerse en el informe sobre el operativo y el supuesto mandato de Pete Hegseth de “kill them all” integrado en esta investigación periodística. La secuencia, que incluyó a un comandante de Operaciones Especiales ordenando un segundo impacto tras ver en directo que quedaban supervivientes, fue ejecutada por unidades de SEAL Team 6, según ampliaron fuentes citadas por The Intercept a través de su reconstrucción de los ataques múltiples a una embarcación cerca de Venezuela.

EL GIRO INESPERADO EN EL CONGRESO DE EEUU

Hasta hace apenas días, los comités de las Fuerzas Armadas en ambas cámaras se habían limitado a repetir el relato oficial de la Casa Blanca. Pero la presión por las evidencias ha forzado un viraje. El presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, Roger Wicker, y el demócrata Jack Reed han solicitado información directa al Departamento de Defensa, tal como puede verificarse en su comunicación pública conjunta.

En paralelo, la dirección republicana del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes también ha anunciado su propio examen, según reflejó el comunicado difundido por el grupo en su publicación oficial. El mensaje es inequívoco: el Pentágono tendrá que explicar qué órdenes exactas se dieron y quién decidió rematar a personas ya incapacitadas.

Las acusaciones no proceden solo de voces progresistas. Truthout recogió la advertencia de un congresista que calificó la operación como “crimen de guerra o asesinato”, citado dentro de este análisis jurídico y político. Y el diagnóstico del relator de la ONU, que describió estos ataques como un “crimen contra la humanidad” con un total de 61 personas muertas, está incorporado en este informe independiente.

UN PENTÁGONO DESBOCADO Y LA DOCTRINA DE “NO DEJAR SUPERVIVIENTES”

Pete Hegseth, secretario de Defensa, ha evitado hacer cualquier comentario sobre el fondo del escándalo, algo que recoge ABC News en su cobertura de la negativa a responder.

Trump, por su parte, intenta mantener su ambigüedad habitual. Dice que él no habría querido un segundo ataque, pero defiende a Hegseth. La Casa Blanca asegura que todo es legal mientras sus propios funcionarios reconocen lo contrario. Es la arquitectura del poder absoluto: la palabra presidencial convierte lo ilegal en obediente.

La semana pasada, el presidente fue más lejos: ordenó considerar “cerrado por completo” el espacio aéreo sobre Venezuela, tal como reveló The Washington Post en su informe sobre la escalada aérea y marítima. La militarización del Caribe ya no es táctica, es estratégica. Y busca algo más profundo que perseguir lanchas.

LAS PRUEBAS SE ACUMULAN Y LOS ABOGADOS MILITARES HABLAN DE “ORDENES PATENTEMENTE ILEGALES”

El giro más contundente llegó desde un grupo de antiguas y antiguos abogados militares, expulsados por Trump tras negarse a avalar maniobras ilegales. En un documento de enorme relevancia jurídica, afirmaron que las órdenes dadas en el Caribe equivalen a crímenes de guerra y que cualquier persona que las emitiera o cumpliera podría enfrentarse a procesos penales por homicidio. Su análisis está recogido de forma íntegra en este dictamen legal.

A esta arquitectura de ilegalidad se suma la constatación —descrita en tiempo real por The Guardian— de que la administración mintió en los primeros informes a puerta cerrada, como muestra su cobertura en vivo.

Las y los especialistas en derecho internacional también han descartado la versión militar según la cual la segunda detonación buscaba “evitar riesgos de navegación”. No había riesgo. Había supervivientes. Y había una orden: eliminarlos.

Por eso, cuando The Intercept aportó más detalles sobre los ataques sucesivos —incluyendo la manipulación del “briefing” enviado al Congreso—, quedó claro que no se trataba de un error operativo, sino de una doctrina: no dejar con vida a nadie que pudiera contar lo sucedido.

UN PAÍS QUE OPERA AL MARGEN DEL DERECHO INTERNACIONAL

La operación de las narcolanchas fue clasificada durante meses, pero hoy es uno de los mayores escándalos de la administración Trump. Una campaña militar ejecutada sin supervisión parlamentaria, con mandos que interpretan las palabras del secretario de Defensa como reglas absolutas, y con soldados enviados a disparar contra personas incapacitadas, violando todas las convenciones internacionales y todos los códigos militares de Estados Unidos.

La pregunta no es si habrá consecuencias. La pregunta es si el sistema político estadounidense permite que un presidente y un secretario de Defensa conviertan la guerra en un salvoconducto para la impunidad.

Porque cada vez que se dispara contra quien ya no puede defenderse, se mata algo más que a una persona. Se mata la idea misma de legalidad.

https://spanishrevolution.net/trump-convierte-el-pentagono-en-un-arma-sin-control-mientras-se-multiplican-las-acusaciones-de-crimenes-de-guerra/

"Corrupción y represión en Cuba: ¿y las pruebas?"


Cubainformación estrena una nueva entrega de su espacio “Miami Fake”, dedicado a desenmascarar la avalancha de noticias falsas, titulares manipulados y campañas de intoxicación política producidas por los llamados medios de “temática cubana”, casi todos asentados en Miami y financiados directa o indirectamente por agencias del Gobierno de Estados Unidos. Medios como Diario de Cuba, ADN Cuba, Cubanet, CiberCuba, Cubanos por el Mundo, Martí Noticias y otros portales menores articulan, día tras día, un discurso único: apoyar el bloqueo, promover la asfixia económica y justificar la injerencia contra Cuba.

En esta edición, Miami Fake expone seis bloques temáticos donde se evidencia la operación mediática: desde falsas acusaciones de corrupción hasta campañas contra la cooperación internacional con Cuba, pasando por la fabricación de protestas, los ataques a proyectos sociales de la Isla y la utilización de Venezuela como vía indirecta de agresión al país.

1. “Revelaciones”, “denuncias” de corrupción en el Ministerio de Cultura: ¿y las pruebas?

La primera sección analiza uno de los métodos más recurrentes en la propaganda anticubana: lanzar acusaciones espectaculares sin evidencias comprobables.

Medios como La Tijera News publican titulares estridentes como “¡Escándalo en Cuba! Revelan el desfalco millonario del ex Viceministro de Cultura y su red de corrupción desatada”. Hablan de “saqueos millonarios”, redes de “abuso de poder” o incluso supuestas conspiraciones que incluirían una “agente de la red Avispa infiltrada en el Gobierno de Canarias”, todo sin presentar una prueba verificable.

Cubanet, por su parte, continua este patrón con afirmaciones gratuitas en textos como “Corrupción en el MINCULT: así roban Lis Cuesta, Abel Prieto y otros”. El objetivo: instalar, sin sustento documental, matrices de corrupción institucionalizadas en Cuba.

2. Defensa abierta de la guerra económica: el caso de “El Toque

En un segundo bloque, Miami Fake analiza cómo medios como Diario de Cuba blanquean la operación de guerra económica que representa el portal El Toque, convertido en un instrumento funcional a la inflación inducida y a la manipulación del tipo de cambio.

Titulares como “El verdadero enemigo del castrismo no es ‘El Toque’, es el mercado” pretenden legitimar esta operación, presentando al portal financiado desde el exterior como un simple observador económico y al bloqueo como un fenómeno casi inexistente.

3. Protestas en Santiago de Cuba: ¿dónde está la represión?

La tercera sección aborda la cobertura manipulada de las dificultades energéticas en el oriente del país tras el paso de la tormenta Melissa. Aunque reconocen que no existen pruebas de represión violenta, portales como Diario de Cuba y ADN Cuba publican titulares como:

“Menos del 85% del oriente de Cuba tiene electricidad… mientras barrios apagados salen a protestar” (Diario de Cuba)

“Más de 20 días después de Melissa, cubanos afectados denuncian la falta de ayuda del Gobierno” (Diario de Cuba)

“Reportan más protestas en barrios de Santiago de Cuba” (ADN Cuba)

En este último caso, ADN Cuba incluso afirma que “la zona fue militarizada” y que “llegaron carros jaulas para reprimir”, aunque admite no tener información sobre detenciones. Una vez más, narrativa sin evidencia para fabricar una imagen de caos y represión.

Inflan el globo... ¡y después ellos mismos lo pinchan!

4. Más proyectos financiados por EEUU contra Cuba: Cubalex y Defensa CD

Miami Fake también examina la proliferación de supuestas ONG dedicadas a monitorear la “represión” en Cuba, financiadas y promovidas desde Washington.

ADN Cuba (medio financiado por la Casa Blanca) difunde el “curso de DDHH” de Cubalex (ONG financiada por la Casa Blanca), presentado como herramienta para “mirar el mundo desde la dignidad humana”, pero siempre enmarcado en la narrativa de la “represión generalizada”. ¿Y sobre la represión en EEUU, Perú, Ecuador o Argentina nos hablarán estas "ONG independientes"?

Cubanet, por su parte, anuncia la creación de DEFENSA CD, otra estructura que se autoproclama “independiente”. Su presentación contó con figuras como Rosa María Payá, vinculada a proyectos financiados por agencias estadounidenses.

Finalmente, Martí Noticias insiste en colocar a Cuba en listas de supuestos violadores de la libertad religiosa, citando informes de organismos creados por el propio Gobierno de EE. UU. Por cierto, ¿se acuerdan del Informe sobre Libertad Religiosa en Cuba de 2022, presentado por el Gobierno de EE. UU.? ¿Saben quién fue uno de los autores? Javier Larrondo, presidente de la "ONG" Prisoners Defenders (¿no será más bien una OMG, una "organización muy gubernamental"?

5. Acabar con los proyectos de cooperación de la Unión Europea en Cuba

La quinta sección aborda cómo estos medios intentan sabotear los proyectos de cooperación entre la Unión Europea y Cuba, esenciales para el desarrollo de sectores sociales y productivos en la Isla.

Diario de Cuba titula: “Casi 95 millones de euros en cuatro años: la Unión Europea insiste en financiar al régimen cubano”.

El artículo presiona abiertamente para que la UE suspenda los fondos destinados a proyectos humanitarios, agrícolas, sociales o culturales, utilizando el discurso estándar de “derechos humanos” como vehículo para promover el aislamiento internacional de Cuba.

6. Venezuela como vía de ataque a Cuba: la agenda de Washington y la ultraderecha cubanoamericana

La última parte del programa analiza cómo la crisis venezolana se instrumentaliza para avanzar la agenda anticubana.

Cubanos por el Mundo difunde afirmaciones del influencer Alex Otaola, según el cual el “verdadero objetivo” del despliegue militar estadounidense en el Caribe sería el “régimen castrista”.

Cubanet y Diario de Cuba reproducen sin cuestionar versiones del New York Times o The Telegraph sobre negociaciones secretas, ofertas de dimisión de Maduro o supuestos planes de exilio en Cuba, Rusia o Turquía, siempre en clave de justificar nuevas presiones.

Miami Fake: desmontar, con datos y contexto, una operación de guerra permanente

Con esta nueva entrega, Cubainformación refuerza su compromiso con un periodismo crítico, que desvela la articulación de estos medios mercenarios —Diario de Cuba, ADN Cuba, Cubanet, CiberCuba, Cubanos por el Mundo, Martí Noticias y otros— en una misma estrategia: crear percepciones falsas, sembrar desconfianza y legitimar la política de agresión y bloqueo del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba.

Miami Fake seguirá ofreciendo herramientas para comprender cómo funciona esta maquinaria y para enfrentar, con rigor, la propaganda anticubana.

Equipo: José Manzaneda, Hafed Mohamed Bachir.

Marco Rubio: semiótica del “perdonavidas”

Fernando Buen Abad Domínguez.- Marco Rubio encarna, en la escena política contemporánea, la lógica del “perdonavidas”, esa operación semiótica imperial que pretende investir a su sirviente golpista con una autoridad destinada a condicionar el comportamiento de nuestros pueblos bajo la amenaza velada de una sanción monetaria o militar. Tal lógica opera como dispositivo de intimidación mafiosa y mediática, como coreografía narrativa del “castigo” burgués y como representación ideológica del poder de fuego estadunidense en clave de arrogancia imperial. 

Rubio aparece así como la figura performativa de un orden que pretende pontificar sobre la conducta de los insurrectos, no por fuerza de argumentos, sino por la naturalización de una posición de petulancia supremacista gusana. Su discurso no es sólo un despliegue de frases, sino un sistema de amenazas que pretenden funcionar como advertencias, ultimátums o chantajes, dirigidos a gobiernos, pueblos y adversarios geopolíticos. Es el gesto clásico del perdonavidas: “Yo podría destruirte, pero te concedo la oportunidad de someterte”. Esta semiótica del castigo, recubierta de moralismo servilista, produce un personaje siniestro, no porque posea poder propio –que no lo tiene–, sino porque simboliza la estructura de un imperio que lo utiliza como vocero del disciplinamiento global. La náusea. 

Rubio cumple su guion con precisión teatral; su figura pública es un manual de gestualidad del castigo, una liturgia del señalamiento, un repertorio de amenazas presentadas como advertencias responsables. En su retórica, la “preocupación” por América Latina es el envoltorio del saqueo, del asesinato y de la intervención; su payasada vestida como denuncia contra gobiernos soberanos es una fórmula asesina en la moral burguesa más macabra; la propuesta de sanciones se presenta como “paso necesario” para defender la libertad. En cada una de esas ofensivas semióticas, el perdonavidas concede –desde arriba– una oportunidad al otro para rectificar, obedecer o “volver al camino correcto”. Retórica clásica de gánster que simula cordialidad antes de golpear. Lo siniestro de Rubio no radica solamente en su biografía individual, sino en la manera en que su cuerpo discursivo está diseñado para ser vehículo de esta dramaturgia. 

Nuestra semiótica crítica permite mostrar que el perdonavidas no sólo amenaza, también produce un orden perceptivo. Sus mensajes buscan generar un clima de terror administrado, de duda, de inestabilidad calculada. Al mismo tiempo, intenta consolidar una narrativa en la cual Estados Unidos figura como el guardián de los pueblos, el protector magnánimo que –pese a su “paciencia”– se ve obligado a castigar. Rubio dramatiza esa tensión, haciendo del lenguaje un instrumento pedagógico del miedo. Así se construye una pedagogía de la sumisión, cada intervención suya enseña qué comportamientos serán castigados, quiénes serán los “malos” del momento y qué sanciones se consideran legítimas. Lo siniestro emerge de la naturalización de esta estructura, el perdonavidas no se concibe a sí mismo como agresor, sino como salvador. Y ahí reside la violencia más profunda: el castigo se traviste de virtud. 

En la escena latinoamericana, Rubio desata una semántica de injerencia que presenta las decisiones soberanas de los pueblos como desviaciones patológicas que necesitan corrección. Su lógica es la del adulto autoritario frente al niño díscolo: “sé lo que te conviene, obedece y te irá mejor”. Esta infantilización es uno de los núcleos simbólicos del perdonavidas. Y, de nuevo, el personaje siniestro no es por su capacidad personal, sino por la estructura que encarna, la del imperio que cree tener derecho a decidir qué países merecen vivir y cuáles deben ser disciplinados. 

Rubio despliega, además, una textura discursiva obsesionada con la idea del enemigo. Cada palabra suya fabrica un adversario absoluto que debe ser combatido sin matices. Esta absolutización del otro –técnica clásica de la propaganda– permite justificar cualquier medida: sanciones, presiones económicas, golpes blandos, financiamiento a oposiciones desestabilizadoras. El perdonavidas necesita crear enemigos para justificar su propio rol; necesita producir la expectativa de caos para presentarse como el gestor del orden. Por eso, su discurso es siempre apocalíptico: “si no actúo, ocurrirá la catástrofe”. Es la semiótica del salvador oscuro, él mismo infla la amenaza que luego promete resolver. 

En el fondo, Rubio representa una función: la de traducir la doctrina del intervencionismo en lenguaje cotidiano. Su misión semiótica es “hacer digerible” la agresión imperial. Presenta la injerencia como necesidad, la sanción como responsabilidad, la amenaza como gesto moral. El perdonavidas siempre necesita justificarse: sólo puede mantener su poder si logra que el otro crea –al menos por un instante– que la amenaza es legítima. El personaje siniestro se vuelve eficaz cuando su violencia parece sentido común. Y Rubio trabaja incansablemente para que la violencia imperial parezca razonable, inevitable o moralmente correcta. 

Por eso es crucial desmontar la gramática de su lógica, cada palabra suya funciona como dispositivo de dominación simbólica. Sus gestos públicos, sus entrevistas, sus declaraciones en redes, sus intervenciones en el Senado: todo está articulado como una cadena de signos destinados a intimidar, persuadir, sobreactuar y disciplinar. Desenmascarar al perdonavidas no es criticar a Rubio como individuo, sino señalar la maquinaria ideológica que él representa. Es entender cómo un personaje siniestro se convierte en portavoz de una semiótica de la amenaza que busca someter a los pueblos al orden del capital global

Y es, finalmente, recordar que el perdonavidas no existe sin la complicidad de un sistema que lo instituye. Rubio es la máscara rota de un imperio en decadencia que, incapaz de sostener su hegemonía por consenso, recurre a la teatralización del castigo, con armas y con “aranceles”. En esa teatralización macabra se reproduce un viejo gesto colonial, el amo que, antes de golpear, manda a sus sirvientes para conceder al esclavo la oportunidad de arrepentirse. Una farsa cruel, una semiótica del sometimiento. Y, por medio de ella, el intento desesperado de mantener un poder que la historia misma ya está erosionando. Mientras, nosotros muy desorganizados. 

Fuente; https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/11/16/opinion/marco-rubio-semiotica-del-perdonavidas

Planificación semiótica: una urgencia revolucionaria

Nota editorial de Norelys Morales Aguilera: En tiempos donde la disputa por el sentido atraviesa los medios, las redes y las conciencias, el doctor Fernando Buen Abad propone una herramienta estratégica: la planificación semiótica. No como teoría lejana, sino como práctica militante, colectiva y científica para defender el relato emancipador frente a las deformaciones del poder hegemónico. Este texto es una invitación a pensar —y actuar— desde la comunicación revolucionaria organizada, con la mirada puesta en los desafíos del presente y del futuro. Muy interesante la propuesta para tratar los Cien Años con Fidel.


Fernando Buen Abad.- Si ya sabemos que, en plazos futuros cortos y largos, enfrentaremos una guerra de disputas por el sentido, no es mala idea preguntarnos qué tan preparados estamos para tales batallas, en el fondo y en la forma. Como parte de las fuerzas productivas, los medios, los modos y las relaciones de producción de sentido, han sido también instrumentos de planificación cooptados por los poderes hegemónicos. El santoral es un ejemplo acabado. Y su fuerza es tan decisiva que se la ha secuestrado y alejado de cualquier posibilidad emancipadora. Como ocurre, en general, con cualquier riqueza.

No obstante, toda lucha revolucionaria sabe que sus bastiones simbólicos y sus herramientas comunicacionales multiplican potencia cuando se planifica y se perfecciona la revolución de las conciencias. Tenemos efemérides, aniversarios, memorias, conmemoraciones o celebraciones, atadas rigurosamente a calendarios con naturaleza política, académica, cívica e incluso religiosa que encuentran en la cronología su rigor de agenda, pero que deben encontrar, en el contexto histórico, su rigor semántico, sintáctico y pragmático renovados.

No es lo mismo rememorar la llegada de Cristóbal Colón, en cualquier año, que en el momento en que el imperio yanqui, con Trump como reyezuelo (12/10/2025), desplaza barcos y submarinos al Caribe amenazando de muerte a Venezuela. La disputa por el sentido exige tomar posiciones y cuanto más temprano mejor.

Aunque algún refranero diga: “no por mucho madrugar amanece más temprano”, cierto sentido común y muchas experiencias ayudan a entender que contra la “Guerra Cognitiva” o “Batalla Cultural” burguesas, conviene prever y adelantar tácticas y estrategias de sentido, revisarlas y corregirlas con antelación suficiente, para no ser víctimas de sorpresas con facturas ajenas ni de improvisaciones fallidas nuestras. Que ellos no le pongan nombre a nuestras memorias, que no nos quedemos sin disputar el sentido de la realidad y de la verdad. El mapa de las asimetrías es desafiante.

En el año 2026, por ejemplo, celebraremos los 100 años con Fidel, en un contexto histórico especialmente intoxicado por la degradación neonazifascista del capitalismo. Eso obliga a convertir la conmemoración en una batalla semiótica sin cuartel contra las falacias que ya prepara la derecha —y sus ultraderechas—, pero exige abrir, en todos sus brillos y detalles, la obra humanista de Fidel con el abanico extraordinario de sus batallas y aportes revolucionarios en los ámbitos más diversos que su pueblo mandató.

Estos 100 años con Fidel inyectan significación y fortalezas nuevas a los logros en el campo de las ciencias, como en el campo de las diplomacias en África, en Vietnam o ahí donde médicos, profesores o académicos cubanos hacen profesión de generosidad solidaria. Y también preñan de sentido nuevo la fuerza incalculable de la dignidad que alcanza la resistencia revolucionaria de Cuba contra el bloqueo criminal del imperialismo yanqui.

Un arsenal de munición semiótica debe desplegarse mundialmente, día por día, semana por semana, mes por mes… a mañana, tarde y noche, rumbo a todos los destinos de las geografías y desde ellos hacia el epicentro de la revolución que celebra 100 años de uno de sus hijos más preclaros y queridos. Cine, vídeo, audio, gráfica, redes sociales desplegando batallones de sentido para renovar el existente y devolverle juventud y posición entre lo nuevo-mejor para la humanidad a pesar de los agobios imperiales.

Evitar el “culto a la personalidad” para destacar, con claridad meridiana, la personalidad cultora y modelizante de la lucha revolucionaria y socialista. En cada uno de los temas de las efemérides: por ejemplo, 100 años con Fidel el día de la Agricultura, el de la Infancia o el de la Educación… y viceversa. Todos los frentes de lucha vistos y resignificados con la luz de un centenario de batallas que no debe pasar inadvertido o recordado burocráticamente.

¿Podremos? Semejante despliegue, objetivo y subjetivo, no es tarea sólo de los revolucionarios cubanos. Sería injusto añadir tal carga a las miles que ya sostienen. Es de rigor histórico asumir la cooperación comunicacional internacionalista con Cuba sobre bases éticas muy rigurosas y siempre bajo su dirección. Eludir y combatir todo arribismo u oportunismo para privilegiar las tareas organizadas, eficaces y eficientes. Ya hemos sufrido los estragos ocasionados por aquellos que se auto-celebran héroes cuando sólo han hecho nada.

En rigor, la planificación semiótica es una disciplina científica que reclama estudios meticulosos sobre los escenarios, sus antecedentes, situación actual y perspectivas. Conocimiento riguroso de los vectores ideológicos predominantes en lucha y la trama de las relaciones y contradicciones entre teoría y práctica.

Entrenamiento especializado en medios, modos y relaciones de producción de sentido y una probada experiencia territorial conociendo la agenda de las luchas sociales “de primera mano”. No se despliega la planificación semiótica desde el escritorio de los “genios” sino desde el consenso con los interlocutores. No se planifica linealmente ni sólo cuantitativamente. Es indispensable la interdisciplina, la multidisciplina y la transdisciplina en tiempo real y con visión de 360 grados.

Es indispensable el trabajo de cualificar las casuísticas y desarrollar la crítica de la cultura sobre casos concretos y de referencia. Y siempre a la vista de todos, hasta transparentar el financiamiento de la planificación y sus soportes teórico-metodológicos, fundamentalmente Marx.

Hay que garantizar y proteger el carácter colaborativo de la planificación simbólica porque ni una sola de sus materias primas es de propiedad individual o privada. Ya hemos padecido muchas canalladas y traiciones simbólicas perpetradas por la delincuencia narrativa organizada y sus burguesías mediáticas. Hemos terminado siendo espectadores de nuestra propia historia falsificada y obligados a aplaudir las maromas mendaces de los mentirosos asalariados. Ya basta.

Esta vez no hay excusa ni escapatoria. Hay tiempo suficiente para organizarnos, estudiar las tareas mundiales planificadas por el pueblo cubano y su dirección política, que siguen produciendo lo nuevo y lo humano en Cuba a pesar de las vejaciones, los insultos, las agresiones y las humillaciones del bloqueo criminal.

Lo que nos duele a todos, pero que no nos inmoviliza. Por eso es imprescindible planificar el relato mundial revolucionario, su vigencia y su potencial en las cabezas y en los corazones, en los hechos y en los proyectos, en el abrazo de los pueblos desde sus raíces simbólicas más hondas y en pie de lucha.

Fuente: https://www.lanuevarepublica.online/2780311_planificacion-semiotica-fernando-buen-abad

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